El Universal
La gente americanista se fue feliz del Estadio Azteca. Vivió una noche serena, de sonrisas y goles hasta terminar por corear “oles”, vitorear a Rubens Sambueza y agradecer que las Águilas mantienen vivo el sueño de regresar a Japón al Mundial de Clubes. Derrotaron 3-1 al Seattle Sounders (5-3 global) para avanzar a las semifinales de la Liga de Campeones de la Concacaf en la que se medirán al Santos. El América recibirá a partir de hoy con una sonrisa a Cuauhtémoc Blanco para homenajearlo el sábado.
Fueron apenas unos cuantos segundos de sufrimiento emplumado. El autogol de Pablo Aguilar había silenciado al Azteca, que temía una eliminación dolorosa de la ‘Concachampions’ (41’). Pero el cabezazo de Carlos Darwin Quintero, un minuto después, dio el respiro profundo al americanismo.
A partir del tanto del colombiano, la distancia entre los equipos de la Liga MX y la MLS quedó evidenciada. La ventaja del Sounders había llegado de forma inverosímil, pues ni siquiera se sumaba un remate a puerta en las estadísticas visitantes. El futbol del vecino del norte aún es más mercadotecnia humeante que competencia a nivel internacional.
Nadie vestido de azulcrema podía creer en el 0-1 en contra. El empate del cuestionado Darwin rindió tributo a la justicia acerca de los sucedido en el encuentro.
Las anotaciones posteriores de las Águilas confirmaron que los equipos estadounidenses siguen lejos de representar una amenaza a los cuadros tricolores.
Con el control del marcador global, el América se sintió cómodo. El susto pasó pronto. La propiedad del partido fue monopolizada por los de Coapa y hasta se dieron el lujo de irse al frente antes del descanso, obra de Oribe Peralta (45’).
La tranquilidad absoluta llegó al 49’. Andrés Andrade aprovechó para cruzar un envío con suavidad y hacer el tercero. América caminó sereno hacia las semifinales. Se medirá al Santos Laguna por un boleto a la final. El sábado viene el homenaje al ídolo Cuauhtémoc Blanco contra Morelia. Se espera una fiesta sabatina en el Estadio Azteca.