El Universal
Darío Benedetto grita en medio del silencio del estadio Corona. Su doblete es matón. Tiene al América embalado, imparable, luego de un inicio incierto.
La letalidad del argentino se genera del repertorio que tiene para anotar. Lo mismo marca de media distancia que de cabeza como un oportuno atacante que acude a la cita puntual para empujar el balón a las redes rivales.
Del talento del ‘Pipa’, las Águilas ligan ante Santos Laguna 2-0 su tercera victoria en fila sin gol en contra en el Apertura 2015 (cuarta al sumar el duelo ante Motagua de la Liga de Campeones de la Concacaf).
Ignacio Ambriz aplaude, ríe y se regodea en la banca del América. Ahí, empieza a encontrar la felicidad de ver a su equipo tener una racha que envalentona a sus fans.
Las Águilas vuelan soberbias en la Liga MX. Ahora tienen nueve puntos, son protagonistas para deleite de su entrenador, antes severamente cuestionado por medios y tribuna.
El banquillo emplumado cada vez luce más cómodo para Ambriz. Es casi como un trono en el que goza los tantos de Benedetto al 39’ y 67’, quien suma cinco en la campaña.
La buena racha que tienen los azulcremas le dan crédito a la decisión de Ricardo Peláez, presidente deportivo del “Ame”, quien relevó a Gustavo Matosas por Nacho.
El dirigente amarillo se mantiene sereno en el palco visitante del Territorio Santos Modelo. En el fondo sabe que el tiempo comienza a darle la razón. La elección ha superado las expectativas, que auguraban un negro porvenir en Coapa con Ambriz.
En la Comarca Lagunera, los azulcremas se mantienen como un equipo sólido, que sufre poco atrás y cuando encuentra alguna oportunidad de hacerse presente en el marcador no la desaprovecha. Su equilibrio le permite mantener su portería imbatida y adelante mantiene la puntería.
Del lado de Santos, la etiqueta de campeón termina por caerse. La victoria de los Guerreros a media semana fue más un espejismo que el inicio de un paso que le permita revalidar el título que obtuvieron hace unos meses. Pedro Caixinha, su estratega, enloquece y sale expulsado por patear el balón tras reclamar una decisión arbitral. En la banca de enfrente, Ambriz celebra una nueva victoria, la que confirma el buen momento de su América. Nacho es un hombre feliz en el banquillo azulcrema, siempre caliente