El Universal
Al menos hasta el miércoles pasado, Ignacio Ambriz tenía en su celular un protector de pantalla con una imagen peculiar: una foto suya con el trofeo de campeón de liga, pero con la camiseta de los Rayos de Necaxa. Se nota que ‘Nacho’, actual estratega del América, no ha olvidado su pasado triunfal como uno de los pilares del cuadro rojiblanco, con el que fue campeón. La buena noticia para el estratega es que podrá cambiar esa fotografía por una nueva con el cetro de la Liga de Campeones de la Concacaf que acaba de obtener ante los Tigres. Ambriz no termina de ser aceptado por los a cionados al club de Coapa, pese a que su gestión ha superado las expectativas. Venga, Nacho, ya puedes cambiar la fotografía en tu teléfono celular.
Castillo pide ¡60 acreditaciones!
Sin que su acreditación para los próximos Juegos Olímpicos esté asegurada hasta el momento, a nuestros oídos llegó que el director de la Conade, Alfredo Castillo, se animó a solicitar al Comité Olímpico Mexicano (COM) nada menos que 60 credenciales para acudir a Río de Janeiro con una delegación de empleados de la Conade y personal de seguridad, algo que el presidente del COM, Carlos Padilla, en un principio tomó como una broma, pues se le hizo inverosímil la demanda de Conade
Castillo deberá ajustarse a las acreditaciones que el COM le pueda asignar y prácticamente tendrá que olvidarse de llevar al robusto cuerpo de guardaespaldas que habitualmente lo acompaña a cuanta celebración deportiva o política asiste, y acoplarse en todo momento a lo que el COM disponga.
No quieren soltar a Luis García
TV Azteca no quiere, por nada del mundo, que uno de sus analistas estrella, como Luis García, deje sus transmisiones. En caso de que el ex delantero vaya al Atlas de Guadalajara, sería como una especie de asesor y no como un dirigente de tiempo completo. La televisora del Ajusco anhela mantener al apodado ‘Doctor’ como pareja de Christian Martinoli en los micrófonos. Esa empresa sabe que gran parte del atractivo que tienen sus transmisiones son los chascarrillos, a veces demasiado ácidos, de esa mancuerna que ha obtenido mucha popularidad. En Azteca no se quieren imaginar qué sería de los partidos que transmiten sin su ‘dúo dinámico’, porque tampoco tienen demasiado contenido qué ofrecer.