Agustín Marchesín y Mateus Uribe son los hombres que se roban los reflectores en este momento, en el Nido de Coapa.
Desde Portugal la prensa asegura que ambos están amarrados con el Porto y que en los próximos días cerrarán su fichaje, para cumplir su sueño de jugar en el Viejo Continente.
Sin embargo, el guardameta deja en una fuerte incertidumbre su futuro inmediato, al ser captado con un semblante poco común, casi de lamento.
¿Lágrimas de tristeza, de felicidad o enojo? ¿Qué le pasó a Marche durante la práctica de esta tarde en Coapa?
Mientras Marche entrenaba al parejo del resto de sus compañeros, el técnico azulcrema Miguel Herrera interrumpió a Marche, para irse juntos a las oficinas del club.
En el trayecto, el Piojo apapachó al meta argentino en un par de ocasiones… Todo normal.
En los pasillos se les unió Juan Manuel Navarrete, encargado de la logística del conjunto crema.
Después de 15 minutos, Marchesín regresó a la cancha 1 del club, pero no se incorporó al entrenamiento.
Se quedó sentado a un costado, en compañía del cuerpo técnico, pero con las manos en el rostro, con un semblante extraño que soltó todo tipo de especulaciones entre los presentes en el entrenamiento.
¿Lágrimas de emoción, un pesado adiós o simplemente cansancio por esperar a que se defina su salto a Europa?