CIUDAD DE MÉXICO, mayo 10 (EL UNIVERSAL).- Rodolfo Chávez se retiró del boxeo en 1984, tras perder con Felipe Urquiza, y a partir de ahí se dedicó por completo a entrenar a su hermano menor, un tal Julio César.
Ambos habían sido iniciados en el deporte de los puños por Ramón “Zurdo” Félix.
Pocos meses más tarde, el mundo se enteraría que el tal Julio César era lo que se conoce en el argot como un “león rasurado”.
Una fiera que persiguió con saña a Mario “Azabache” Martínez, hasta que lo pulverizó en el octavo round y se coronó campeón mundial de peso superpluma del CMB. Lo demás es leyenda.
“Yo inicié la dinastía de los Chávez”, se ufana Rodolfo, de 61 años, quien estuvo en la esquina de otro Julio César, su sobrino, hace unos días, cuando perdió de forma abrumadora ante Saúl “Canelo” Álvarez.
¿Qué falló?
No fue el entrenamiento. No fue la condición física. No fue el peso.
El diagnóstico de Rodolfo es certero como un uppercut: fue la hidratación, dice en entrevista telefónica.
Esas horas después del pesaje del viernes, cuando los púgiles descansan, ingieren líquidos, comen a gusto después de semanas de privaciones. Todo con el objetivo de subir al ring lo más fuertes posible al otro día.
¿Y quién estaba a cargo de eso?
Ángel Guillermo Heredia y su padre Guillermo, quienes prometieron poner a Julio como toro el día de la pelea, con 185 libras, unas 20 más del peso pactado (164.5).
Rodolfo asegura que Julio subió delgado y débil, a lo mucho 12 o 15 libras más recuperado, pero nunca 20, como era el plan.
“Yo estaba seguro que Julio iba a ganar porque estaba muy bien entrenado. ¿Qué fue lo que pasó? Don Nacho había dicho algo de un masaje que le dieron, no sé. Lo que pasó es que Julio no tuvo fuerza para pelear, haz de cuenta, como una pila que se descarga”, explica Rodolfo.
Describe qué sucedió en esas horas misteriosas en las que Julio César Chávez Junior perdió su fortaleza.
“No lo recuperaron bien después del pesaje. Porque Julio en la pelea no se cansó. Su condición estuvo buena los 12 rounds. ¿Qué pasó? Pues no tiró golpes, porque no tenía la continuidad, no se sentía seguro, no tenía fuerza de nada. Después del pesaje no se recuperó, pero ese trabajo le correspondía a los Heredia. Don Nacho hizo un buen trabajo, nosotros hicimos un buen trabajo. Ahí fue cosa de los demás [los Heredia], porque se les paga y se les paga muy bien para hacer su trabajo”.
—¿Cuánto se les paga?
—No puedo decir cuánto se les paga, pero se les paga muy bien.
Rodolfo Chávez menciona que después del pesaje usualmente Julio come pasta, pizza, cosas con calorías, bebidas rehidratantes. Pero la pócima secreta de los Heredia no hizo efecto.
“Supuestamente el papá de Memo Heredia es químico, entonces él hace unos jugos que deberían haber recuperado a Julio rápido, no sé si se los dio o no. Sí estuve con él después del pesaje, pero no me di cuenta que le dieran algo. No me acuerdo si estuvieron con él [los Heredia] después del pesaje, pero después de la pelea ya ni se despidieron de nadie”.
Sobre las insinuaciones de un supuesto uso de mariguana por parte del Junior, como sucedió en 2012 cuando perdió frente a Sergio “Maravilla” Martínez, Rodolfo menciona, irónico: “No sé porque haya puesto eso [Heredia], ha de ser por él, yo no vi nada raro”.
En la esquina sufrió igual que Julio, pero de distinta forma. La impotencia era la constante: “Le decíamos que saliera a tirar golpes, era lo que le gritábamos, que soltara las manos, y no podía, pues. Él escuchaba nada más y decía ‘sí, ya voy a tirar golpes’, pero no lo hacía, y me extrañaba, porque si algo tiene, son hue…”.
El aludido, Ángel Guillermo Heredia, se reservó su derecho de réplica para otra ocasión, pero publicó en su cuenta de Twitter: “A julio cesar chavez se le dijo que la semana al pesaje era la mas importante y que no se diera masajes etc etc etc pero su soberbia gano”. (sic)