El 5 de marzo, el futbol mexicano vivió uno de los episodios más negros en su historia. Las barras del Querétaro y el Atlas desataron una cruenta batalla en el estadio La Corregidora. Adolfo Ríos, entonces presidente deportivo de los Gallos Blancos, fue sancionado por la Comisión Disciplinaria con cinco años de suspensión; sin embargo, hace unos días se redujo a uno.
“Estoy tranquilo, porque —a final de cuentas— con esa reducción me dan completamente la razón de que había una equivocación en la sanción. Ciertamente, aunque todavía hay una de un año, no estoy conforme por la situación de pagar un castigo que no me corresponde absolutamente en nada”, declaró el exportero, en entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL Deportes.
A pesar de su inconformidad, Ríos optará por cumplir los 365 días de suspensión; quiere evitar mayor desgaste y pérdida de tiempo. “Ya la siguiente instancia tenía que ser FIFA o el TAS, lo cual sería un desgaste y habría que entablar juicios… Nos llevaría más de un año. Aunque —repito— no estoy de ninguna manera de acuerdo con pagar una sanción por la que no tengo nada que ver”, explicó.
Aquella triste tarde en Querétaro, Ríos saltó de su palco hacia la cancha para intentar calmar la batalla que se extendió por todo el inmueble: “Cuando bajo, es porque están agrediendo a dos personas en las fosas… Por fortuna, me escucharon y dejaron de agredirlas”.