Adalid Maganda, árbitro despedido de la Comisión de Arbitraje, realiza una manifestación afuera de las instalaciones de la Federación Mexicana de Futbol, buscando su reinstalación. Mas se encontró con una demanda en su contra por extorsión, que le impide, según el documento, estar cerca del edificio de la FMF.
En una de las entradas de la Federación, Maganda y sus acompañantes venidos de su estado natal, Guerrero, impidieron el paso a los vehículos, y en las rejas colgaron mantas en las que se leía: «Alto al racismo. Guerrero está con Adalid».
El silbante aduce que fue despedido por segundo ocasión del arbitraje por temas de racismo, no de capacidad: «Quiero recuperar mi trabajo», es lo que manifiesta, acusando a Arturo Brizio, presidente de la Comisión, de haberlo despedido por motivos de racismo.