CIUDAD DE MÉXICO, abril 8 (EL UNIVERSAL).- De soñar con clasificar a la Liguilla por primera vez en tres años a luchar en pos de no protagonizar una genuina catástrofe.
Los objetivos del Cruz Azul en el Clausura 2017 han mutado. Ser uno de los ocho invitados a la “Fiesta Grande” del balompié nacional ya luce como simple utopía. Ahora, la meta a corto plazo es sumar la mayor cantidad de unidades posible para evadir el descenso… Y este sábado por la tarde, frente al Morelia, es otra de esas ocasiones ideales.
Segundo round del combate con los Monarcas. El del sábado, en el estadio Azul, puede ser más decisivo que el del martes en el Morelos, por más que aquel otorgó un boleto a la final de la Copa MX.
Con 10 puntos en 11 encuentros, las posibilidades de avanzar a la fase final para los dirigidos por Francisco Jémez son diminutas. Deben ganar la mayoría de las 18 unidades que disputarán. El problema es que su desempeño no permite considerar que sea un escenario factible.
Eso explica que su prioridad esté cerca del averno. Tienen nueve unidades más que el sotanero Veracruz en la tabla de cocientes, por lo que no pueden sentirse completamente salvados.