MONTERREY, NL., mayo 17 (EL UNIVERSAL).- Solamente dos de los 33 aficionados de los aficionados Rayados que fueron detenidos por agredir a seguidores de Tigres, durante el partido pasado en el estadio BBA Bancomer, fueron imputados por los delitos de daño en propiedad ajena y violencia en espectáculos deportivos, mientras que los otros 31 quedaron libres después de pagar una multa de 500 pesos cada uno, por considerar un juez calificador que sólo incurrieron en una falta administrativa.
Los vinculados a proceso son Brian Efraín, de 24 años de edad, y José Enrique, de 29, quienes supuestamente participaron en hechos violentos «en calles próximas al estadio de futbol de Rayados», contra quienes un juez de control aplicó las medidas cautelares de acudir a firmar cada 15 días, no salir de la ciudad y la prohibición de acudir al inmueble del Monterrey o a cualquier evento de futbol. El plazo para el cierre de la investigación concluye en un mes.
Por otra parte, los integrantes de la Septuagésima Cuarta Legislatura aprobaron por unanimidad un exhorto al secretario de Seguridad Pública del Estado de Nuevo León, Arturo González García, para que en coordinación con la Secretaría de Seguridad Pública del municipio de San Nicolás, refuercen las medidas para prevenir violencia durante el partido entre Tigres y Xoloitzcuintles de Tijuana, a celebrarse el jueves en el estadio Universitario y futuros eventos deportivos que puedan llevarse a cabo en la entidad.
El diputado independiente Jorge Blanco llamó a corregir los protocolos y que se envíen más elementos de seguridad pública a este tipo de eventos, además de desalojar a las porras de los equipos de manera separada y en tiempos diferidos.
Kuri pide castigo. Fidel Kuri, propietario del Veracruz, solicitó castigo al Monterrey por lo sucedido en su estadio.
«Con la vara que miden serán medidos ¿no? A nosotros nos castigaron y creo que allá [Monterrey] también deben tomar medidas», sentenció el empresario. «Lo que se ve no se juzga y este sábado se vio».