Mientras para muchos el fin de la Eurocopa significó una especie de vacío, para muchas mujeres fue un alivio. Así lo indican unos datos arrojados por el Centro Nacional contra la Violencia Doméstica del Reino Unido.
“No todo el mundo está deseando que llegue el partido de esta noche… Los casos de abuso doméstico aumentan un 26% cuando Inglaterra juega y un 38% si pierde”, anunciaban el NCDV (por sus siglas en inglés) previo a la final de la Euro ante Italia.
De inmediato, mujeres en Twitter ofrecieron su casa, transporte y apoyo por si había quienes sufrieran de dicha situación previo o después del encuentro que concluyó con derrota de Inglaterra en penaltis.
“Cualquier mujer en el Este de Londres preocupada por la violencia doméstica esta noche DM. Te damos una coartada para quedarte con nosotros y unirte para después (obviamente tenemos espacio limitado, pero si alguna otra mujer puede ofrecer el mismo espacio seguro, por favor)”, fue el mensaje con el que una mujer inició su hilo en Twitter.
Según un estudio de London School of Economics, eta situación tiene como detonante el exceso de alcohol durante el día en la que se juega el partido; las horas previas y las posteriores. Esa es la relación entre futbol, violencia y bebidas embriagantes.
“Desde que comenzó la Eurocopa 2020 el 11 de junio, el número de personas que se han acercado a nosotros para recibir órdenes judiciales de protección ha aumentado en más de 400 en comparación con el período de cinco semanas antes del torneo”, señala Centro Nacional contra la Violencia Doméstica.
Esta situación se une a la mala imagen de los aficionados ingleses en la Eurocopa, donde lejos de la pasión con la que viven el futbol, se recordarán sus actos vandálicos y racistas.
Los salvajes insultos racistas sufridos por varios jugadores y los actos vandálicos en torno a la final de la Eurocopa han llevado la vergüenza a Inglaterra, atónita ante la reacción de sus «hooligans», que ahora también despliegan su odio a través de las redes sociales.
Marcus Rashford, Jadon Sancho y Bukayo Saka tuvieron la desgracia de fallar sus penaltis en la tanda decisiva de la final contra Italia. Tan pronto como sus errores derrotaron a la selección inglesa, estallaron los improperios contra estos tres jóvenes negros, de edades entre los 23 y los 19 años.