José Luis Urquidy hizo cuatro llamadas cuando le avisaron que iba a debutar en las Grandes Ligas. La primera, a su madre; la segunda, a su hermana; la tercera, a su novia y la cuarta fue a Raúl López.
«Ya esperaba esa llamada», recuerda López, quien fue uno de los scouts que ayudó a firmar a Urquidy con los Astros de Houston, a EL UNIVERSAL Deportes. «Dos días antes le había dicho que lo veía listo para debutar en MLB y presentía que sí me llamaba iba a ser para darme la noticia. Lo que no me esperaba era que fuera uno de los primeros a los que les diera la noticia. Ahí confirmé que es agradecido. Me da gusto, por todo lo que sufrió».
Las dificultades que vivió, cuenta López, no estaban en casa de los Urquidy, pero sí donde jugaba, en la extinta Liga del Noroeste, un circuito invernal en el que la conformaban una mayoría de prospectos de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), que se disputaba en la costa del Pacífico mexicano.
Ahí no había traslados en avión, sólo en autobús que no se acercaban a la primera o segunda clase. La alimentación no era la idónea para los jóvenes peloteros y el descanso, muchas veces, era mínimo y en los asientos de esos mismos autobuses.
Así se fraguó lo que estaba por venir.
«Lo vi por primera vez en una sesión de bullpen en Monterrey, cuando apenas estaba en el proceso para que los Astros me contrataran como scout. No pude hablarle en ese momento, pero le dí seguimiento. Fue hasta 2014 que platicamos por primera vez. Él jugaba en los Cachorros de Acaponeta, un equipo que está muy cerca de Tepic, y hasta allá lo seguí para empezar a hablar con él», agrega López.
Urquidy era cerrador en ese entonces, contrario a su rol de abridor o relevista que tiene en Houston. Ahí ya tenía tres pitcheos por los que destaca hoy: la recta, la curva y el cambio de velocidad, ese que le hizo tanto daño a los Nationals en el juego 4 de la Serie Mundial.
La firma con los Astros no tardó en llegar y tampoco el escepticismo de algunos miembros de esa organización sobre el pitcher mexicano, comenta López.
Algunos criticaban que Urquidy no tenía los brazos lo suficientemente largos para ser un buen lanzador, otros que ya no tendría más altura o peso, porque su cuerpo ya había terminado de desarrollar. Para esos críticos, el físico del prospecto era lo más importante. López y Carlos Alfonso, otro de los scouts que descubrió al pelotero, mantenían la confianza en el sinaloense… y recibieron ayuda extra.
«Los equipos de MLB tienen un software llamado Trackman, en el que se meten una gran cantidad de datos de los peloteros y hacen una proyección de cuánto pueden a llegar a desarrollarse tanto físicamente comon en el juego. La proyección de José Luis era muy sólida y nos dio la razón».
Pronto el pelotero viajó a Estados Unidos, pero en el 2016, en el partido inaugural, se lastimó un ligamento de su brazo derecho. Tuvo que someterse a una cirugía Tommy John que lo alejó de los diamantes por 16 meses.
“Se desesperó. La rehabilitación era muy larga y ese tipo de lesión es muy lenta para recuperarse completamente. Había veces en que no podía ni levantar el brazo o sostener cosas. Le dije que tuviera calma, que tenía que esperar a que pudiera empezar a lanzar la bola, que ahí se daría cuenta si podía ser el mismo. Lo hizo, se mentalizó a que tenía que regresar al mismo nivel. Su madre y su novia influyeron mucho en ese sentido y él regreso al mismo nivel”, menciona Carlos a este diario.
Se recuperó de la lesión en 2018 y para esta campaña llegó la oportunidad de debutar en las Grandes Ligas. No tuvo una buena tarde y fue relegado a la sucursal Triple A de Houston y, en vez de deprimirse, se motivó anímicamente para tratar de regresar con los Astros. Hasta que el al fin logró quedarse definitivamente.
“El gran éxito de Urquidy es el repertorio de lanzamientos y el control que tiene de sus pitcheos. Además, también cuenta con un buen slider y una recta muy fuerte, a diferencia de otros pitchers mexicanos en las Grandes Ligas. Pero no sólo es eso, también está la parte familiar. Su mamá ha jugado una gran parte en su formación. Le dio valores y disciplina, eso lo pudimos percibir desde los primeros momentos”, añade Carlos.
Para López, no es crédito de que él y Carlos lo hayan descubierto. Todo ha sido responsabilidad de Urquidy y su familia. “Todo es crédito de él. Nosotros sólo fuimos unos facilitadores para que él pudiera llegar a la MLB”, agrega.
Ahora Urquidy está a un triunfo de coronarse campeón de la Serie Mundial, si es que hoy sus Astros pueden derrotar a los Nationals.