Guadalajara es un equipo en donde la suerte no juega a su favor.
Sus jugadores claves se encuentran lesionados. Su debutante, Alan Torres, es expulsado en la primera parte. Su goleador, su figura, se lesiona.
Y para acabar…. Un jugador que pudo estar en su equipo, Santiago Ormeño, les hace el gol.
Puebla sigue siendo la sorpresa del Guardianes 2020, ayudando a hundir aún más al Guadalajara, que no gana, que no anota, que no se le ve cómo salga de su mal momento.
Triunfo de 0-1, marcado por un hombre que lo tuvieron, fue suyo, pero lo dejaron ir. Ormeño se probó con las Chivas en los tiempos de Tomás Boy, pero a la hora de la verdad, la llegada de Oribe Peralta hizo que el nieto de don Walter Ormeño, famoso portero peruano, tuviera que irse a Perú a buscar oportunidades.
Regresó de la mano de Juan Reynoso, que lo ha mantenido como titular en La Franja y le ha respondido. Anotó el primer gol en el Kraken y le dio la primera victoria al Puebla en el torneo y ahora le marcó al Guadalajara, en un gol que llevó el rencor de quien se sintió en un momento despreciado, al recibir de espaldas y dar la media vuelta sobre un endeble Sepúlveda.
Guadalajara con once hombres no se veía con claridad, con 10, mucho menos, la expulsión, correcta, del joven Torres acabó con los sueños de despertar de unas Chivas que llevan una de sus peores rachas sin gol de la historia.
Chivas está en crisis. Chivas no tiene gol. Chivas está lleno de lesionados y enfermos. Y lo peor, está salado