México volvió a quedarse en octavos de final. Lo mismo que ocurrió en las seis Copas del Mundo pasadas, desde 1994. La Selección Mexicana volvió a quedarse a la orilla.
Cayó por dos goles ante Brasil, el cuadro amazónico que con el tanto de Neymar (51′) se refrenda como uno de los favoritos para llevarse el título del mundo.
Firmino cerró la cuenta al final del juego (90′).
De esta forma el proceso de Juan Carlos Osorio no fue más allá, terminó igual que el de los últimos 24 años, con grandes promesas pero que al final no fueron cumplidas.
Ahora a comenzar nuevamente, quizá no se cero pero con bases no muy sólidas, con gente que se retira como Rafael Márquez, con gente que pone en duda su continuidad como Andrés Guardado y con promesas a las que le falta dar el «Do de pecho», Hirving Lozano y compañía. Osorio seguramente no continuará y su legado será el mismo que los anteriores, pasar de fase de grupos y ya…Y para eso no fue que lo contrataron.
Fueron veinte minutos magníficos del equipo mexicano los que dieron en la Arena Samara, moviendo la pelota haciendo creer, con un Rafa Márquez cumpliendo su último gran rodeo.
Pero sin nada que ofrecer arriba, todo se definiría por una genialidad.
En la segunda parte Neymar al fin se soltó de la marca mexicana, de un taconcito dejó nada Willian que le regresó el balón al astro para que abriera el marcador (51′).
Vino el intento de reacción con cambios que nada pesaron, Jonathan Dos Santos y Raúl Jiménez poco gravitaron.
Neymar se volvió a escapar centró raso y Firmino puso el 2-0 (89′). Y así el sueño terminó.