¿Es verdad que una atleta como Simone Biles se dejó vencer por la presión? O quizá porque fue directa o indirectamente, otra víctima del Covid-19. Sí, la pandemia de coronavirus ha afectado al ser humano y al atleta en todos sentidos, y uno de estos puede ser hasta su estado emocional.
Para el psicólogo Alejandro Zalce, la reacción de la gimnasta estadounidense, quien renunció a participar en las finales por equipo e individuales en los Olímpicos de Tokio por la tensión que cargaba, pudo ser causada por todo lo que ha cambiado la sociedad y el deporte, debido a la pandemia:
“Estas atletas están preparadas para soportar la presión de una arena llena, de competencias cerradas, mucha presión, pero con ciertos ejercicios de distracción, y ahora no ha sido así. La pandemia nos ha aislado a todos y las costumbres japonesas más rígidas pudieron causar en ella una reacción de este tipo. Puede decirse que esto también fue provocado por el Covid-19”.
Además, resaltó que “no sabemos todo lo que la atleta puede traer encima. Muchos quizá la hayan criticado por esta actitud, pero fue una decisión valiente, porque no sólo se salvó ella, sino también al equipo con el que iba a participar”.
El psiquiatra Mario González coincidió en que la pandemia pudo acelerar males mentales que arrastraban: “Se debe reconocer que las enfermedades mentales salen a la luz bajo el incremento de la presión, y este año fue atípico, les cambiaron todo”.
La psiquiatría podría “ayudar mucho en estos casos, pero en primer lugar los atletas deben reconocer que tienen ese problema, y que se puede tratar por medio de fármacos, antidepresivos que no tiene por qué ser objeto de dopaje”.