CIUDAD DE MÉXICO, enero 21 (EL UNIVERSAL).- Por más que tiene la intención de no engancharse con el trabajo arbitral, los errores —dentro y fuera de la cancha— comienzan a colmar la paciencia de Francisco Jémez, quien solicita no olvidar que estuvo mal anulado el gol al delantero uruguayo Martín Cauteruccio… Y que las Comisiones Disciplinaria y de Apelaciones debieron quitar la sanción al volante Gabriel Peñalba, expulsado la semana anterior contra los Pumas.
«Por ahora, voy a seguir sin hablar de los árbitros. Sigo entendiendo que es una parte del juego. Quiero pensar que no hay algo malo detrás», asegura el director técnico de La Máquina, en conferencia de prensa realizada en el estadio Azul. «Tampoco quisiera pensar que alguien está persiguiendo a Peñalba. El árbitro puede equivocarse, pero los comités no pueden apoyarlo si la imagen muestra que no es falta. Eso no lo entiendo… Es imposible, no puede pasar. Es un trabajo muy sencillo: sentarse y ver una imagen», expresó.
La igualada contra el Monterrey le deja otra situación a la que pide estar atentos: el tiempo que los equipos pierden con tal de preservar la ventaja. Desde su perspectiva, los Rayados abusaron de esa «artimaña» sobre el césped del estadio Azul.
“Los árbitros tienen que impedir que se pierda tiempo intencionalmente», exige. «Me encantaría ver que se levantara el cartelón y se pusiera que se van a añadir 12 minutos, porque se pierden».
Aún con todo eso, sus futbolistas lograron empatar un cotejo que perdían por dos anotaciones. El amor propio mostrado le llena de orgullo, aunque detecta varios detalles por pulir, sobre todo en el ámbito ofensivo.
«El punto nos sabe a mucho, porque seguimos sumando, pero hay que exigirle más a este equipo, porque puede darlo», reconoce. «La primera parte no me ha gustado nada. Nos faltó progresión, tirar más a gol. En la segunda, me ha gustado todo, sobre todo por la capacidad de convencimiento de que se podía conseguir (el empate)».
Por lo pronto, comienza a ganarse al pueblo celeste. Más allá de que empatar como local suele considerarse un mal resultado, le agrada que la gente no haya perdido la fe en que podría evitarse la derrota. Admite que «también me he emocionado. Hemos recibido demasiado castigo en la primera parte, pero cuando todo el mundo pensaba que estábamos perdido, se ha visto a un equipo que pudo empatar», explicó.
«Si hubiéramos tenido un poco de suerte, hasta habríamos ganado», añade. «Este resultado nos ayuda mucho en lo anímico. Indudablemente, hay cosas por mejorar, pero este equipo tiene alma y corazón» expresó.
En cuanto a la reacción del público, que abucheó tras la primera mitad, reconoce que «si fuera aficionado, también lo habría hecho… Al igual que me hubiera tirado de cabeza a la cancha para matar a besos a los jugadores después del segundo tiempo», concluye.