CIUDAD DE MÉXICO, julio 22 (EL UNIVERSAL).- Día de debut, día de regreso. Miguel Herrera regresa al escenario de su mayor triunfo en un estadio Azteca que parece todo, menos estadio de futbol.
Su famosa explanada ha sido invadida por El Circo de los Temores, espectáculo de fenómenos que cobra de 120 a 500 pesos la entrada.
Y por si eso fuera poco, a su lado un grupo de cristianos lanza sus cánticos y piden salvación espiritual, más que futbolística.
Ni al espectáculo, ni al grupo religioso la nación americanista presta atención, ellos sólo quieren ver a su América y el regreso de su hijo pródigo, «El Piojo».
La Monumental, una de las barras más famosas en México y un tiempo considerada una de las más rijosas, hizo su entrada a la explanada del estadio Azteca, provocando nerviosismo entre los demás asistentes y alertas entre las fuerzas del orden.
Al final, la Barra entró al estadio después de que sus líderes les entregaran sus boletos, no sin antes repartir hojas para que todo el estadio, al minuto 15, entone un cántico a modo de bienvenida a Miguel Herrera y al Apertura 2017.