Hay un sector de los socios de los Pumas disgustados porque el presidente, Rodrigo Ares de Parga, suele pasar por una “estrella de televisión”. Al mandamás felino le gusta aparecer en programas —lo hemos visto en ESPN, Fox Sports, TDN—, para hablar de la actualidad de la institución, que ayer despidió a Juan Francisco Palencia, y hasta se convirtió en un célebre personaje de las redes sociales, cuando en el Régimen de Transferencias, José Luis Higuera de las Chivas, casi casi lo obligó a dar el precio de venta de Lalo Herrera. La molestia de la gente de Universidad es que Ares de Parga luce más enfocado en salir en las pantallas, que en solucionar los problemas auriazules, que no son pocos y que requieren de la atención de un presidente menos atento a lo mediático y más a lo futbolístico.
Aprovechan sus influencias en el Estadio Azteca
A nadie le sorprende que en la zona de entrevistas del Azteca, al final de los partidos del América, se presente un desfile de aficionados en busca de la fotografía o el autógrafo de su jugador favorito. El problema es que esto no está permitido y por más que los comisarios que designan para los partidos reportan estas anomalías, no viene ningún castigo para el club y mucho menos algún tipo de regulación al respecto. Y tampoco crean que a esta zona entra cualquier aficionado, no… puro VIP, puro amigo del amigo del vecino del directivo, a quienes permiten estar como privilegiados para poder acercarse a los futbolistas; esto además ha provocado roces con camarógrafos que buscan hacer su trabajo. El colmo es que en esta zona tan americanista, también hay seguidores de Chivas que buscan la selfie con el Piojo.