Los minutos finales trajeron consigo una extraña sensación, formada por ansiedad y emoción. Los integrantes de la Selección Mexicana de Basquetbol sabían que la victoria estaba asegurada, pero anhelaban que el partido ya terminara.
Es por eso que comenzaron una interminable cadena de abrazos en cuanto se oficializó su proeza.
Los 12 Guerreros se impusieron a Uruguay (82-69) para clasificar a la Copa del Mundo, que este año se celebrará en Filipinas, Japón e Indonesia.
Contra todo pronóstico, el equipo del coach ha dado una gran inyección de oxígeno al baloncesto mexicano, que durante años parecía ahogado en un mar de intrigas y problemáticas fuera de la duela.
Con Francisco Cruz como estrella, además del aporte de Jorge Gutiérrez, Paul Stoll, Gabriel Girón y Orlando Méndez, el Tricolor obtuvo su segunda victoria en la última ventana del clasificatorio de las Américas, con lo que garantizó su presencia en la máxima justa.
Será la tercera vez que México participe en la Copa del Mundo varonil, después de las aventuras en Puerto Rico 1974 y España 2014. Ahora, con un equipo que anhela demostrar que tiene el talento suficiente para destacar a nivel internacional.
El Tricolor concluyó tercero del sector, sólo detrás de Estados Unidos y Canadá, con la ilusión de hacer un gran Mundial en tierras asiáticas.