Tras poner el 2-0 en el marcador, ser abrazado por todos sus compañeros y haber corrido a la esquina pidiendo perdón a la afición barcelonista, Luis Suárez hizo un gesto que no pasó desapercibido. Simuló con la mano una llamada por teléfono con un destinatario fácilmente imaginable: Ronald Koeman.
Un año y unos meses antes, el entrenador neerlandés había llamado al ariete uruguayo para comunicarle, en una brevísima conversación, que no contaba con él para su proyecto en el Barça.
Pocos imaginaban lo que ocurriría después, la llegada de Suárez al Atlético para ser campeón de Liga en su primer año, el desastre económico azulgrana y la salida al verano siguiente de Lionel Messi rumbo a París.
El gesto de Luis Suárez, el delantero del Atlético de Madrid, simulando una llamada de teléfono cuando puso cifras definitivas no iba dirigido para Ronald Koeman, técnico del conjunto azulgrana, según declaró el delantero, sino para «la gente que sabe que tengo el mismo número» y que está «usando el teléfono».
«No. Para nada», contestó el atacante en declaraciones a ‘Movistar‘ cuando fue interrogado por si su gesto iba a dirigido al entrenador que prescindió de él hace un año. «Había quedado con mis hijos en tono broma que iba a hacer eso», añadió el delantero uruguayo.