Por Julián Rodríguez
Varios ex luchadores de antaño se reunieron en un restaurante de la ciudad para recordar viejas glorias, sus vivencias y experiencias que los convirtieron a través de los años en auténticas leyendas.
Vimos al Chamaco Rojas, El Intocable, Olympus y Gavilán Ramírez, entre otros, quienes además de compartir los sagrados alimentos se dieron tiempo para contar infinidad de anécdotas vividas en su andar por los ensogados.
Don Lidio Camarillo, el famoso Gavilán Ramírez, nos mostró cienos de recortes y fotografías de aquellos tiempos en las que lucía un físico impresionante que nada les pedía a los de ahora, incluso nos mostró una revista de circulación nacional de aquellos años en los que aparece en la portada. “Ningún luchador xalapeño salió en esa revista, mucho menos en la portada”, dijo El Intocable, otro elemento de altos vuelos y brillante trayectoria.
Por su parte, el “Chamaco” Rojas, Alberto Rojas, nos confesó que hizo de la lucha libre un estilo de vida, pues desde que conoció este mágico mundo se adentró en él, por lo que entrenaba hasta tres veces al día.
Su mentor, dijo, fue el “Coreano” Márquez, aunque su etapa formativa quedó en manos de Chucho Monroy e Hiraclys Fenerly, considerados los padres de este deporte en nuestra ciudad.
Fue un par de horas en que el buen ambiente y la camaradería, clásico en sus reuniones, se vivieron, ya que hablaron de todo, además de recordar a gladiadores que lamentablemente ya no se encuentran entre nosotros.
Así llegó el momento de despedirse, de estrechar sus manos y fundirse en un abrazo, pero aseguraron que se reunirán el próximo mes para revivir esos momentos inolvidables que, como a muchos, los mantienen con vida, pues algunos de ellos como el “Chamaco” Rojas, quien ya tiene 81 años de edad, reconocen que gracias al deporte, pero sobre todo a una estricta disciplina dentro y fuera ensogados, se ha mantenido vigente.
Por cierto, el “Chamaco” Rojas, vecino del barrio Coapexpan, continua activo en el deporte, aunque debido a dos operaciones en ambas rodillas a las que se sometió recorre hasta cinco kilómetros caminando, ya que los doctores que lo atendieron le recomendaron ya no correr, por lo que sus participaciones en las competencias de la ciudad son contadas.