Después de tomarse algunos años sabáticos, Pedro Pineda intentó e intenta abrirse camino como director técnico, y quiere lograrlo como lo hizo de futbolista, empezando desde abajo.
“Sé cuál es el camino para lograr el éxito. Por eso desde hace tiempo trabajo con jóvenes hambrientos a los que les gusta picar piedra, como yo”.
Hoy, Pedro ha vuelto al barrio. Todos los días viaja de Ciudad Neza al deportivo Leandro Valle, en la Agrícola Oriental, donde es el director técnico del club de Tercera División Leopardos FC, presidido por Ricardo Raúl Nava y que tiene como secretario técnico a Rodrigo Ríos. “Me encanta estar en un club donde hay apoyo para los chavos, que ven por ellos. Aquí me acuerdo de lo que me decían mis técnicos al inicio de mi carrera, y ojalá algún día de aquí salga no uno, sino varios Pedros Pineda, en el barrio es donde se aprende a jugar, es donde se aprende a sufrir y al final cuando llega sabe bien disfrutarlo”.
Entre miradas de esperanza e ilusión; entre sueños y fantasías, Pedro se dedica a corregir a los muchachos a los que les falta mucho camino, no así ganas de ser… “En Neza hay mucho talento, en el Bordo de Xochiaca, en el Parque del Pueblo, y en las colonias aledañas, aquí mismo, sólo hace falta ir, observar y apoyar. Hay gente, niños que no tienen sustento para los pasajes, alimentación, si hay alguien con tantita visión, seguro se descubrirá talento”.
Lo tiene bien definido: “El futbol debe volver a la tierra, a los barrios populares. La mayoría de los grandes vienen del llano, llámense alemanes, italianos, argentinos, brasileños o mexicanos, todos”. Lo que le pide a los visores “es que se ensucien los zapatos. Hay chavos a los que sólo les falta un empujón”.
Hoy, Pedro Pineda vive tranquilo, no extraña la fama “todo eso es efímero. Alguien me dijo que el papel del diario donde fuiste portada, en la tarde sirve para envolver papayas. Vivo bien, sin muchos lujos, sólo los necesarios, feliz con mi equipo, ahí la llevamos y no pierdo la esperanza, quizá algún día se me presente la oportunidad de dirigir en la grande”, como alguna vez se la dieron y de Neza se fue a Milán.