Todo se vino abajo cuando Carlos Salcedo demostró, por enésima vez, que ya no le ajusta la playera de la Selección Nacional.
Justo después de que el defensa central marcó el autogol (41′) que permitió a Panamá soñar con sacar un valioso punto del Estadio Azteca, la poca concurrencia demostró que se comportaría, siempre y cuando se le entregaran buenas cuentas desde la cancha.
Eso explica que el grito «¡eeeh puto!» apareciera tenuemente en los siguientes despejes del meta canalero Luis Mejía, también en algunas jugadas de pelota parada y tiros de esquina. Los poco más de 23 mil asistentes al «Coloso de Santa Úrsula«, pobrísima concurrencia para un cotejo del representativo nacional, mostraron solidaridad con la Federación Mexicana de Futbol... Hasta que el equipo dirigido por Gerardo Martino enseñó su lado más gris.
Fue entonces que un puñado de aficionados, detrás de la portería norte, realizaron la expresión que hurta el sueño a los dirigentes del balompié nacional. Resultó apenas perceptible, así es que la administración del Azteca no activó el protocolo dispuesto para pedir al público que no lo hiciera más.
Eso sí, la preocupación asomó en los rostros de los dirigentes de la FMF que observaron el duelo desde un palco. Recuperaron la paz cuando José Juan Macías marcó su cuarto gol con la camiseta nacional. El delantero del León lleva cuatro festejos en tres partidos, pero el de anoche resultó bastante dulce, porque encaminó al Tricolor al triunfo sobre Panamá (3-1) e hizo que la afición se olvidara de esa incomoda expresión.
Anotación catártica (74′), suficiente para modificar el semblante de todos. Los pocos que gritaron «¡eeeh puto!» se unieron a quienes entonaron el «Cielito Lindo». El peligro pasó. El gol de Rodolfo Pizarro, en la compensación, sólo fue el colofón a una fiesta que pudo terminar en tragedia.
La Selección Nacional tomó en solitario el liderato del Grupo B en la Liga A de la Nations League, positiva presentación del «Tata» en Santa Úrsula, aunque con una clara advertencia del público: se unirá a la campaña para erradicar el polémico grito si su equipo rinde sobre el lienzo verde.