Dentro de la burbuja montada en torno a la pelea de mañana entre Saúl Álvarez y Callum Smith, cualquier detalle se cuida, pero nada se compara con el cuidado que se tiene hacia los dos púgiles que protagonizarán una de las funciones más estelares en este convulso 2020.
Cualquier persona que se les acerque debe portar la pulsera que se le otorga a quienes han arrojado negativo en dos, o hasta tres, pruebas PCR para detectar Covid-19. Ni qué decir si desean hablar con ellos. El cubrebocas es indispensable.
No podía ser de otra forma. Hoy, el Canelo y su adversario serán sometidos a un último examen de coronavirus y si alguno arroja positivo, la función se caerá, con las enormes pérdidas económicas que eso representa.