Ya cumplió el primer gran paso de la misión que le fue encomendada, pero Jaime Lozano no se emociona ni se ilusiona de más.
El entrenador de la Selección Mexicana sabe que su compromiso es ganar la Copa Oro, cuya final disputará el domingo ante Panamá, por más que el vox populi demande su permanencia definitiva en el Tricolor.
Al «Jimmy» le ilusiona quedarse de forma permanente, pero subraya que ese no fue al acuerdo que llegó con Juan Carlos Rodríguez, comisionado presidente de la Federación Mexicana de Futbol, quien lo buscó como solución temporal tras el cese de Diego Martín Cocca.
«Si tiro el cassette tres semanas atrás, estaba desempleado, pero hubo una persona que creyó en mí», recuerda el «Jimmy», en clara alusión a la «Bomba». «Cuando vienen las oportunidades, tengo que estar preparado».
«Estoy claro de que vine por una Copa Oro y es paso a paso. Haremos todo lo posible para regresar la Copa a casa. Estoy muy agradecido, porque si esa persona no hubiera confiado en mí, sería un aficionado más».
Y no le ha fallado, pero al hombre que guió al Tricolor a la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 le cuesta decir que pedirá la oportunidad para quedarse con el cargo oficialmente.
«No sé si ya logré lo que (Rodríguez) buscaba de mí, porque no sé si buscaba la Copa o comprar tiempo, pero estoy enfocado en esto» añade.
Por lo pronto, ya piensa en el duelo del domingo ante Panamá, representativo al que le da su lugar.
«La final soñada suele ser Estados Unidos-México, pero lo que quiero es ganar», aclara. «El objetivo sigue siendo el mismo y si Panamá está en la final, es por algo. A prepararse y a buscar ganar el último partido».