Guillermo Lara va por dos de dos.
El agente de jugadores, quien después fue directivo en Celaya y ahora lo es, dicen, en Veracruz, no da una en eso de armar equipos.
Con los Toros, ya en su última etapa, fracasó en el formado y va por el mismo camino con los Tiburones Rojos, a los cuales quieren que se les diga Deportivo Veracruz.
Sin refuerzos de renombre, a Enrique Meza le ha costado mucho trabajo hacer que los escualos salgan de ese remolino que los arrastra a lo más profundo del océano, por el cual están cerca de igualar la peor marca mundial de partidos sin ganar, con 32.
Parece que no hay salvación para el Tiburón.