El 23 de diciembre de 1972 es una de las fechas más importantes en la exitosa historia de los Steelers de Pittsburgh e incluso de la NFL, ya que se presentó la que para muchos es la jugada más icónica en los poco más de 100 años de la Liga.
En el hoy desaparecido estadio de los Tres Ríos, los Steelers recibieron a los entonces Raiders de Oakland en un partido de postemporada. Con menos de un minuto por jugar, los californianos ganaban 7-6, pero fue entonces que apareció la magia.
En cuarta y 10 yardas por avanzar, el quarterback Teddy Bradshaw lanzó un desesperado pase hacia el receptor John Fuqua, pero el defensivo Jack Tatum llegó a propinarle un golpe justo cuando el balón estaba por llegar, lo que provocó que el ovoide saliera en otra dirección… Hacia el fullback Franco Harris, quien estiró sus brazos para tomarlo justo antes de que tocara la superficie.
Sin pensarlo, Harris se enfiló hacia la zona de anotación de los Raiders, cuyos defensivos no pudieron impedirlo. La jugada fue bautizada como la «Inmaculada Recepción» y permitió a Pittsburgh llevarse la victoria (13-7).
Durante mucho tiempo se especuló sobre si el balón habría hecho contacto con el césped o si habría pegado en el casco de Tatum antes de llegarle a Harris, pero nunca se ha comprobado que alguna de esas situaciones haya pasado, porque cualquiera -por regla- habría provocado que se marcara pase incompleto.
Los Steelers no ganaron el Super Bowl de esa temporada, porque se encontraron a los históricos e invictos Dolphins de Miami, pero esa jugada marcó el inicio de una nueva etapa en su historia, la que abrió el camino a los éxitos (en esa década ganaron cuatro juegos por el título de la NFL). El viernes se cumplen 50 años de la «Inmaculada Recepción», por lo que los Steelers recibirán a los Raiders el sábado por la noche.