El Clásico Nacional decepcionó. El regio no se quedó atrás. El joven se contagió de lo mismo, pero con polémica incluida. Cero a cero entre Cruz Azul y América en un juego que no prendió, que no encendió, y que como siempre, como es costumbre dejó abierta la polémica en el arbitraje.
Ignacio Rivero fue derribado por el portero Óscar Jiménez en el área, una acción muy similar a la que se le marcó a Alfredo Talavera la jornada pasada ante León, pero Pérez Durán no la marcó ni la quiso revisar, y al final del juego, tampoco acudió a revisar un jalón de Luis Fuentes a Jonathan Rodríguez.
Mal resultado para la Máquina que perdió el primer lugar general y además perdió la racha de triunfos consecutivos antes las Águilas que tuvieron tres modificaciones por lesión: Memo Ochoa, que no inició el juego; Sebastián Cáceres y Emanuel Aguilera.
Ajedrecístico juego, donde la premisa de los técnicos fue de inicio no dejar funcionar al rival. América lo hizo bien cuando con línea de cinco, tapó la subida de los laterales de Cruz Azul, al mismo tiempo, copó el medio campo, pero hacia el frente, hacia el ataque, poco o nada ofreció, más allá de un tiro de Jorge Sánchez que hizo a JJ Corona volar.
Pero se le vino la noche al América cuando Cruz Azul abrió más a Jonathan Rodríguez y Elías Hernández, provocando echar atrás a las Águilas, lo que provocó un desbordé Giménez al que no llegó Orbelín; un tiro de Elías al que Oscar Jiménez llegó arrastrándose y otra gran jugada del hijo del Chaco, al cual el suplente de Ochoa aguantó bien.
América comenzó a caerse a pedazos, primero se lesionó Sebastián Cáceres y después Emanuel Aguilera, lo que hizo a Miguel Herrera improvisar su central y adoptar una actitud temerosa que no fue aprovechada de entrada por los cementeros, que si bien dominaron en posesión, poco generaron
Vino la polémica cuando Nacho Rivero fue derribado por el portero Jiménez en el área, pero el silbante Pérez Durán no consideró falta, ni al VAR fue a revisar.
La Máquina quiso acelerar en la parte final del juego, pero más allá de otra intervención de Jiménez, el juego no rompió y terminó siendo potra decepción dentro de la ola de Clásicos que han llegado de forma consecutiva, lo peor es que en este, ni ganador, ni goles tuvo, y sí, como siempre polémica pegada al VAR.