CIUDAD DE MÉXICO, julio 26 (EL UNIVERSAL).- La detención de Ángel María Villar, ex presidente de la Federación Española de Futbol, despertó una vez más las dudas sobre las administraciones de las distintas organizaciones del balompié.
Todo indicaba que los casos de corrupción, desvíos de recursos y manejos irregulares se quedarían atrás con el FIFAgate de 2015, pero las autoridades correspondientes todavía no atrapan a todos los que han manchado al futbol.
Villar es acusado de supuesta administración desleal, apropiación indebida, corrupción entre particulares y falsificación de documentos.
Un directivo más que cae en las manos de la justicia.
El futbol se ha visto dañado por estos ejecutivos que se aprovecharon del amor de los aficionados, el esfuerzo de los jugadores y del compromiso de los trabajadores que hacen del balompié su vida.
Desde las cabezas más importantes hasta herederos de fortunas han sido detectados y hasta arrestados por su labor ilícita en el deporte.
En el área de Concacaf, Jack Warner, ex presidente de la organización, fue declarado culpable por corrupción, pero fue liberado bajo una fianza de 2.5 millones de dólares. Sus hijos, Daryan y Daryll, también estuvieron implicados.
El oriundo de Trinidad y Tobago también fue vetado de cualquier evento futbolístico.
El fallecido Chuck Blazer, ex secretario general de la Confederación Norteamericana, y uno de los protagonistas para destapar las irregularidades en FIFA, fue culpable por sobornos, evasión impositiva y lavado de dinero.
El estadounidense colaboró con el FBI para revelar los abusos de algunos directivos de la máxima organización del balompié.
Blazer murió el pasado 12 julio de julio por cáncer de colon.
La Conmebol quedó sucia por los manejos de Nicolás Leoz y Eugenio Figueredo, ex dirigentes de la organización sudamericana. Ambos fueron arrestados.
Tres ex presidentes de la Confederación Brasileña, Luis Chiriboga, Marco Polo del Nero y Ricardo Teixeira, son buscados por la Interpol.
El caso de Joseph Blatter, ex presidente de la FIFA; Michel Platini, ex presidente de la UEFA, y Jerome Valcke, ex secretario general de la FIFA, fueron suspendidos de cualquier actividad relacionada con el futbol.
Ningún directivo del balompié mexicano estuvo involucrado en el FIFAgate.