Pasan los días, se juegan los partidos de preparación, se acerca el Mundial de Qatar y la preocupación por el juego que ofrece la Selección Mexicana crece.
Porque aunque la victoria se presentó gracias a la iracunda presencia de Hirving Lozano, el accionar no deja satisfecho a nadie y Gerardo Martino debe de ser el primero en reconocerlo.
Sí, la Selección Mexicana derrotó 1-0 a Perú, gol del Chucky a los 84 minutos, pero no por eso el fondo cambia. Este Tricolor que está a menos de dos meses de jugar su primer partido en Qatar ante Polonia, sufre de falta de contundencia; falta de generación de jugadas de gol; control de juego en momentos claves y atención en defensa.
No es que sea una tragedia, pero sí algo para llamar la atención.
Es verdad, el equipo no está completo, hay muchos lesionados, mucho cansancio, pero el sistema con unos y otros jugadores sufre de lo mismo. Hoy, como en muchos otros procesos de cara a una Copa del Mundo, hay preocupación, aunque se ganó y eso sube la moral.
México jugó bien durante la mayor parte del primer tiempo. Dominó, tuvo la pelota, tomó los hilos del encuentro, pero tanta fue su posesión de pelota, que Perú, muy a lo Juan Reynoso, se resignó y se metió en el área, lo que provocó que el Tricolor sufriera lo de siempre: la falta de oportunidades claras de gol.
Edson Álvarez recuperaba la pelota, y trataba de hacer jugar a Kevin Álvarez y Roberto Alvarado por la derecha, que cuando desbordaban, no tenían a quien pasar; Hirving Lozano trataba de hacer daño por la izquierda, pero era marcado por dos o tres rivales y cuando se los quitaba, no había espacios por el centro.
Tampoco Carlos Rodríguez o Luis Chávez encontraron cómo generar, dejando muy aislado a un Henry Martín quien intentaba jugar lo más parecido a Raúl Jiménez.
Perú se quitó el grillete y un remate de André Carrillo les hizo darse cuenta de que también podían ir al frente. Ahí vinieron los errores de la zaga mexicana, balones cortados a medias que provocaban la segunda jugada y el peligro.
El juego se terminó por emparejar, el Tricolor perdió el dominio.
Gerardo Martino no aguantó más y cambió de hombres, mas no de sistema, mandando a Santiago Giménez y Uriel Antuna a la cancha, pero ni así mejoró el equipo, así que debió ingresar Andrés Guardado.
Poco a poco el Tricolor se quitó el dominio peruano que debió recular bajo los nuevos ánimos del Tricolor. Pocas fueron las jugadas en las que Uriel Antuna desbordó, y que Santiago pudo rematar. Se dio una, se provocó un tiro de esquina y de ahí en una segunda jugada se dio el gol de Lozano para calmar los ánimos de una afición que se va contenta con el triunfo.
Pero en el fondo, Gerardo Martino sabe que con esto no se puede competir en un Mundial.