El Clásico Tapatío fue una vergüenza. Vergüenza del Guadalajara, que exhibió que no tiene ni pie ni cabeza. Al minuto 15 ya jugaba con diez hombres, al 30 ya perdía y se quedaba con nueve, confundiendo la pasión con el desorden y la irresponsabilidad.
Y Atlas, teniendo la mesa puesta, con la oportunidad de su vida para humillar a su gran rival, a su histórico, se mostró timorato, conformista, mediocre.
Los Rojinegros ganaron el Clásico, 1-0, duermen como líderes generales, por un gol más en la diferencia con América, pero decepcionaron a su afición, negándose a dar el paso a equipo importante, quedando como uno del montón.
Y en Chivas llegará el momento de la decisión. Amaury Vergara y su comitiva deberán decidir si en esta Fecha FIFA nombran a un nuevo técnico, porque Marcelo Michel Leaño demostró que inyectó al equipo de ímpetu, pero eso no es suficiente para devolverle su grandeza. Hoy muchos dirán que el Guadalajara rescató su orgullo, no, el Rebaño echó a perder su propio partido y arrastró su prosapia y si no fue humillado, fue porque Atlas no quiso,le dio flojera ensañarse.
Hiram Mier se fue expulsado por pegarle una patada a Julio Furch en media cancha. Chivas replegó. Atlas fue por el juego, metió hombres al área y Olivas se resbaló llevándose por delante a Quiñones: penalti, argumentos suficientes para marcarlo y amonestación a Chicote Calderón por reclamar.
Vino el tiro, vino el gol, Aldo Rocha lo cobró a lo Panenka y se armó la gresca. Ian Torres festejó, Molina lo empujó, llegó el Chicote y lo tiró al césped, se ganó la segunda amarilla y Chivas se quedó con nueve.
¿Qué hizo Atlas? Conformarse. Desde la banca su técnico Diego Cocca mandó mensajes de retraerse en vez de ir por la goleada. El amor propio de Chivas hizo que fuera a buscar la hazaña, se acercó, pero no dio para más.
Un juego que se enfilaba a hacer un gran espectáculo terminó siendo una burla. Y en el final, el grito discriminatorio se hizo presente, pero ya no hubo tiempo para activar el protocolo. Hasta eso sucedió.
Marcelo Michel Leaño ha fracasado en su interinato. Prometió callar a todos, y él callado a sido él. Chivas está peor que cuando estaba Vucetich y no fue goleado porque el rival no lo quiso así.