Turquía está lista para recibir de nueva cuenta la final de la UEFA Champions League, Manchester City vs Inter de Milán, una edición sumamente especial para el estratega Pep Guardiola.
El español se presentará en el Olímpico Atatürk con el objetivo de, ahora o nunca, romper la mala racha que lo persigue como entrenador en la máxima competencia europea, dar un golpe de autoridad y demostrar que es capaz de ganar el torneo continental, sin el peso de una de las generaciones más importantes del FC Barcelona, donde estaba un tal Lionel Messi. Una etapa que es recordada de manera agridulce por el extécnico culé, quien puede presumir tener en su paso con los catalanes dos Ligas de Campeones, las únicas en su carrera.
“La clave de mi éxito es tener grandes jugadores. Tener a Messi en el pasado y a Haaland ahora. Ese es mi éxito. No bromeo”, explicó Guardiola, que dirigirá su cuarta final en la competición, la segunda con el City tras perder la de 2021 contra el Chelsea.
La misión no será tan simple para el ibérico, que antes de celebrar junto a Erling Haaland y Julián Álvarez tendrá que pasar sobre un gigante italiano, que tras una larga ausencia se colocó en el partido que le daría su cuarto trofeo. Los de Simone Inzaghi dieron muestra de ser un equipo combativo, incansable, adjetivos que dañan y que le permiten aspirar a la gloria.
Para Guardiola, en el juego contra el Inter no únicamente enfrenta a los nerazzurri, sino también al fantasma europeo del fracaso, ese que le ha tomado la medida, y al que espera superar para firmar la primera Orejona Cityzen en su historia y cerrar un semestre de ensueño, en el que ya ganó la Premier League y la FA Cup, volviendo por la puerta grande de Europa.