El FC Barcelona sumó su segunda victoria de la temporada con una cómoda victoria en Balaídos ante el RC Celta (0-3), en un partido que, pese a estar durante la segunda parte con un jugador menos por expulsión de Lenglet, dominó y controló sin apuros, dirigido por Messi y por un Ansu Fati, de nuevo estelar.
Ronald Koeman evitó revoluciones y repitió el once de la última jornada. Óscar García agitó su equipo titular: cambió el dibujo para fortalecer el sistema defensivo con cinco jugadores e hizo debutar como titulares a los canteranos Fontán y Veiga. Su idea, sin embargo, quedó dañada con un precoz gol de Ansu Fati.
Ese tanto llegó tras un mal despeje de Murillo, un pequeño desajuste defensivo y un veloz movimiento de Ansu Fati que culminó con un tiro preciso ante Iván Villar. El Barcelona, que antes de ese gol había avisado con una volea desviada de Griezmann, salió dinámico. Tuvo la posesión de la pelota, presionó tras pérdida, agobió por momentos al conjunto celeste. Pero apenas remató a portería.
El equipo de Óscar García se fue recomponiendo, pese al aislamiento de los puntas Mor-Aspas. Solo un centro chut de Veiga y un tiro lejano de Fontán inquietaron a Neto. El partido se equilibró cuando el Celta se atrevió a mover la pelota con rapidez.
Sin sobresaltos para los porteros, las decisiones arbitrales alteraron la calma. Un claro fuera de juego de Denis Suárez evitó la expulsión de Piqué, a quien Del Cerro Grande había mostrado la tarjeta roja; minutos después, el colegiado expulsó a Lenglet al castigar una falta a Denis Suárez con la segunda tarjeta amarilla, una polémica decisión que durante el descanso Del Cerro Grande explicó a Messi, Piqué y Koeman en el túnel de vestuarios.
El plan de remontada del Celta -el entrenador metió a Baeza por Aidoo- explotó al inicio de la segunda parte con un gol en propia portería de Olaza, un infortunio ante un centro de Messi, que asumió el liderazgo de su equipo. El Barcelona se animó, pese a estar con un jugador menos. Tuvo ocasiones claras: un tiro al poste de Coutinho, otro peligroso lanzamiento del brasileño que despejó Iván Villar, un centro envenenado de Messi que no pilló Piqué.
Quedó herido el conjunto gallego, sin reacción, sin ritmo hasta que aflojó el Barcelona. Solo el descaro de Nolito reanimó a su equipo, que apretó en los últimos veinte minutos. Rozó el gol, siempre desde las botas de Nolito. Un tiro del andaluz que rechazó Neto acabó con un lanzamiento al travesaño de Baeza; minutos después, Nolito probó con otro disparo peligroso; también lo intentó con una falta directa.
La falta de gol del Celta contrastó con la pegada del Barcelona, letal con espacios en ataque, capitaneado por los momentos de lucidez Messi, que en el último minuto inventó una jugada con varios regates que finiquitó con gol Sergi Roberto.