Aquello que dijo Veljko Paunović sobre no tener en la mente la palabra presión no le funcionó para nada al Guadalajara ayer por la noche en el Estadio Jalisco, donde el Atlas sacó una mínima ventaja al ganar el duelo de ida de cuartos (1-0).
Esa etiqueta de favorito que en el Rebaño se presumía para el primer juego del equipo en la Liguilla desapareció muy pronto, porque en la cancha se mostraron incapaces, inoperantes y llenos de errores, sobre todo en los últimos minutos del encuentro.
Todo salió mal a los rojiblancos, primero porque dos jugadas dentro del área de Miguel Jiménez a los 10 y 15 minutos fueron el centro de atención por un buen rato y es que el silbante Ortiz y su cuerpo arbitral omitieron dos contactos dentro de la zona del Wacho.
Primero con Ozziel Herrera y Orozco Chiquete, que bien puede justificarse, pero luego llegó una patada del Tiba Sepúlveda a Julio Furch, ese muy claro, pero no, no hubo penalti para los jueces.