El campeón Atlas parece que tiene el pase a la final definido.
Triunfo contundente por 3-0 sobre los Tigres, unos Tigres que siguen a la baja, que se ven irreconocibles y que si no es por Nahuel Guzmán, hubieran salido goleados del Jalisco.
Porque Atlas fue mejor de inicio a fin. Porque Diego Cocca le ganó la partida a Miguel Herrera. Porque sus jugadores juegan de memoria y coordinados. Porque parece que Atlas va por el bicampeonato.
Atlas jugó a los Rojinegro, pero con una modificación. Dada la expulsión de Angel Márquez en el juego ante Chivas, Diego Cocca metió en la media cancha a Luis Reyes, lo que le dio más fuerza y recuperación en esa parte del campo. En consecuencia, el balón no rodó al ritmo que quería Tigres, sino al que imponía el Zorro.
Poco a poco ese dominio se transformó en llegadas. Un tiro de Aldo Rocha, un cabezazo de Quiñones, hasta que Chalá se escapó entró al área y fue derribado por Nahuel Guzmán.
Penalti que Julio Furch hizo gol con el drama de que el balón primero pegó en el poste y después se metió a la portería (39′).
Tigres lució como en los últimos juegos: Lento, descoordinado, llegando a destiempo a jugadas. Con un Gignac pareciera, fuera de forma, sin un socio en el ataque.
Comenzó a forcejearse el juego en la media cancha y por una rendija Quiñones intentó una pared con Furch, la pelota le quedó a Luis Reyes, el que jugó más adelantado en el juego, y con disparo raso venció a Nahuel para el 2-0 (60′).
Miguel Herrera recompuso, cambió su parado y así Tigres tuvo varias para acercarse. Una de Soteldo que fue salvada por Reyes de una chilena, otra de Quiñones que Camilo desvió espectacularmente y una más de Gignac quien voló la pelota en plena área chica.
Julián Quinoñes (90′) puso fin a la fiesta con un golazo, un tiro de fuera del área que venció a Nahuel con todo y su lance.
Atlas al final sufrió, cuando no, pero sacó un triunfo que parece que lo pone con un pie en la final.