Como cualquiera que se ha hundido, el América necesitaba un respiro y lo encontró en un Puebla que, en caída libre, se antojaba ideal para que las Águilas retomaran el vuelo.
Cuando el torneo comenzó a tornarse complejo para los azulcrema, Miguel Herrera se escudó en las bajas forzadas que aquejaban a su plantel. La más sensible, quizá, volvió anoche y lo hizo como héroe, para respaldar lo que, para muchos, eran justificaciones del estratega.
Luego de varios meses fuera, Nicolás Castillo volvió a pisar la cancha del Estadio Azteca y fue quien volvió a dibujar una sonrisa en la afición que se dio cita, con la esperanza de ver a su equipo salir del bache que representaba tener una victoria en los últimos nueve cotejos de Liga MX.
Como consciente de que frente a sí tenía a un rival al que —hasta antes del inicio— sólo había vencido en cuatro de las últimas 15 ocasiones que se habían enfrentado en el Coloso de Santa Úrsula, el América empezó cediendo la iniciativa a La Franja. Al minuto 4, Lucas Cavallini dio indicios de que la noche no sería de fiesta en la capital, con un zurdazo que rozó el travesaño del marco que defendía Guillermo Ochoa.
Poco más ofreció la primera mitad. Para el complemento, los emplumados salieron con mayor gallardía y Juan Reynoso se vio obligado a cerrar filas con el ingreso de Jesús Zavala, pero ni así pudo detener los constantes embates americanistas. El ariete chileno entró al 62′ y, dos minutos después, encontró un balón a segundo poste que empujó para romper el cero y hacer explotar a la tribuna, que coreó su nombre con euforia.
Los camoteros intentaron reaccionar y pusieron en aprietos a Guillermo Ochoa, pero a falta de 10 minutos del silbatazo final, el colombiano Andrés Ibargüen desvaneció sus esperanzas y puso el 2-0 definitivo.
La defensa azulcrema, que había sufrido hasta antes de este encuentro, también respiró y, por primera vez desde que Ochoa se sumó de nueva cuenta al América, no concedió anotación. En un duelo decisivo para sus aspiraciones, los de Coapa triunfaron y se perfilan para recibir su invitación a la fiesta grande del futbol mexicano.