Memo Ochoa se lanza sobre la pelota, el disparo, el penalti, despertaría al Philadelphia Union, lo metería al juego, pero… El mundialista mexicano alcanza a tocar la pelota, la manda al poste, en el rebote se recupera y también, con valiente achique salva al América. Y las Águilas, vuelven a una final de la Liga de Campeones de la Concacaf.
La acción de Ochoa fue clave para que el cuadro de Coapa llegara a su octava final del torneo, ha ganado siete, y asegurar el título para un club mexicano, otra vez, pues se enfrentará contra el ganador del Cruz Azul-Monterrey. Vino después el tanto de Nicolás Benedetti (78’) y el último de Henry MArtíon (90’), para ganar 0-2, refrendar el global 0-4.
Fue una verdadera batalla sin cuartel la que se vivió en el PPL Park, porque el cuadro de la MLS salió a buscar la victoria con el cuchillo entre los dientes, yendo al límite del reglamento, tirando patadas, disminuyendo al rival, todo esto bajo la complacencia de un árbitro, que como todos en Concacaf, confunden darle continuidad al juego, con libertad para la violencia.
América controló casi toda la primera parte, cuando ésta se acababa llegaron las patadas, y de igual forma comenzó el segundo tiempo. Las Águilas quisieron entrar en ese juego, se calmaron, no se fueron a las manos, pero Philadephia subió en juego, apretó a los mexicanos y vino el penalti.
Ahí fue donde el juego cambió, Memo Ochoa se agigantó, se volvió el héroe del juego, detuvo el disparo y enseguida vino el gol de Benedetti.
América, el máximo ganador de la Concacaf, va por otro título.