Desde que estaba en el Morelia, club en el que construyó gran parte de su carrera como directivo, Álvaro Dávila identificó una falencia del Cruz Azul que hoy —más que nunca— es necesario solucionar, debido a la compleja situación económica derivada por la pandemia de Covid-19: aprender a captar recursos por la venta de jugadores.
En su intento por ganar ese título de Liga, La Máquina se ha caracterizado por invertir muchos millones de dólares (más de 700 durante 23 años) en fichajes, pero ha recuperado poco al negociar a quienes no se quedan en la institución, lo que deberá cambiar con la llegada del nuevo presidente ejecutivo.
“En Cruz Azul, veo tres estilos para tener en la plantilla. Uno es con jugadores consolidados, figuras, cracks, a los que —al ser un equipo de primera línea— los necesita”, comparte Dávila, en entrevista. “El segundo es el desarrollo de jugadores hechos en la cantera. Y el tercero es con futbolistas del extranjero que tengan potencial, quienes puedan venir, crecer en un club grande, porque también necesitamos traer recursos de la venta de jugadores”.
“Cruz Azul ha sido un club que generalmente compra, pero sí tenemos que vender jugadores, porque así está marcada la pauta en el futbol internacional”.
Por lo pronto, y tras la derrota de anteayer frente al Santos, el directivo reconoce que “sí se necesita apuntalar algunas zonas, sobre todo la defensa, y quizá algún delantero, sobre todo ahora que se fue [Milton] Caraglio”.
“Es prioridad darle oportunidad a Santi Giménez, quien es un súper jugador, pero sí necesitamos tener a alguien más, porque puede pasar cualquier cosa”.
Así que podrían llegar un par de obsequios post navideños, con carácter de urgente.