CIUDAD DE MÉXICO, junio 15 (EL UNIVERSAL).- De no ser por los cuatro trofeos frente a la mesa, la conferencia de este miércoles en Pumas de la UNAM habría sido la ponencia de un jugador cualquiera.
De pronto, apareció Darío Verón, ya sin la playera o algún accesorio que lo identificara como una leyenda auriazul. Se sentó, junto a Rodrigo Ares de Parga, presidente del Patronato de club Universidad; Francisco Palencia, técnico; y Sergio Egea, el vicepresidente deportivo. Personajes que hace unos meses decidieron prescindir del defensor paraguayo de 37 años.
Se notó la prisa por acabar lo antes posible con el anuncio. «Hay ciclos que se cumplen y él ya cumplió el suyo. Es hora de dar paso a los jóvenes de la cantera», expresó Ares de Parga.
Darío tomó la palabra: «Se dijeron muchas cosas de mí y del club, que no eran ciertas. Somos como una familia. En estos 14 años dejé cosas importantes y espero que Pumas siempre gane campeonatos».
Parea la afición de los Pumas no valía ninguna explicación ante la salida de su capitán Darío Verón, así que el paraguayo se despidió de ellos de frente, con un «seré de Pumas hasta la muerte, el equipo de mis amores». Con ello desechó la posibilidad de vestir otra playera en México, pues «seguiré jugando en Paraguay».
Verón siempre dio la cara por Pumas y no podía irse del equipo sin un adiós oficial, en su casa, muy cerca de la cancha donde consiguió triunfos y campeonatos para los felinos.
Más de 400 partidos y cuatro títulos como universitario es la huella que dejó el guaraní en Ciudad Universitaria.
«Representé a la universidad más importante de Latinoamérica y fue un orgullo. A la afición le agradezco cada grito de apoyo, espero que Pumas siga ganando campeonatos porque es una institución grande».
Después, la directiva le entregó una playera conmemorativa, pero el verdadero reconocimiento llegó afuera del estadio, donde decenas de seguidores lo esperaron pacientes para echar el último goya con su ídolo, con su eterno capitán.
A los jóvenes que vienen empujando desde cantera y que lo escuchaban tras bambalinas, les dejó un consejo: «Si quieren crecer tienen que ser dedicados como profesionales o como personas».
Ellos le respondieron, uno por uno, con un abrazo lleno de lealtad.
Su legado
4 títulos de Liga ganó con el club universitario, durante 14 años
480 partidos de Liga y Liguilla jugó el guaraní en el equipo
22 goles marcó con los Pumas en el futbol mexicano