Simone Biles, la estadounidense que parece no tener imposibles, tuvo en los Juegos Olímpicos de París 2024 un regreso excepcional, que puso a los presentes de pie en las preliminares.
Dejando para la memoria de los Juegos Olímpicos un ‘triple flip’, movimiento que ninguna mujer había sido capaz de realizar.
Tres años después de su pausa en Tokio 2020, edición en la que prefirió su salud mental, la norteamericana ha vuelto a presentarse con una rutina que la apunta al oro.
Con un rostro de seriedad absoluta, y totalmente concentrada, Biles realizó la primera sesión de barra de equilibrios, suelo, salto y barras asimétricas, dejando claro su absoluto dominio.