La deportista estadounidense Kelly Catlin, que se alzó con la plata en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y se proclamó tres veces campeona mundial de ciclismo de persecución, falleció el pasado viernes a los 23 años, informaron este domingo fuentes de la Federación de Ciclismo de EE.UU.
«La comunidad ciclista estadounidense ha sufrido una pérdida devastadora con la muerte de Kelly Catlin, miembro del equipo nacional», lamentó el presidente de la federación, Rob DeMartini, en un comunicado divulgado este domingo en las redes sociales.
Nacida en Minesota, el 3 de noviembre de 1995, la deportista se quitó la vida el viernes en su casa, California, según han informado medios locales.
En una carta enviada a la revista especializada Velo News, el padre de la joven, Mark Catlin, aseguró que la familia está «sufriendo un dolor increíble».
«No pasa un minuto sin que piense en ella y en la vida maravillosa que podía haber tenido. No pasa un segundo en que no pensemos que daríamos nuestras vidas a cambio de la de ella», dijo el progenitor.
Catlin, que además estudiaba ingeniería informática en la Universidad de Stanford y tocaba el violín, era una de las grandes figuras del ciclismo en pista, como demuestran sus tres títulos mundiales (2016, 2017 y 2018) y su plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, también en ciclismo de persecución.
En una entrevista publicada recientemente por Velo News, la deportista reconoció que le costaba compaginar todas sus actividades, por lo que era importante saber «reconocer» los límites de cada uno y aprender a «pedir ayuda cuando lo necesitas».
«La verdad es que, la mayoría de las veces, no consigo que las cosas funcionen -reconoció-. Es como hacer malabares con cuchillos; la verdad es que se me están cayendo muchos, lo que pasa es que la mayoría caen al suelo y no sobre mí».