El Universal
Pete Rose insistió ayer en que es un persona distinta, pese a que aún no ha dejado de apostar de vez en cuando hay juegos de beisbol.
El líder histórico de hits en las Mayores declaró sentirse decepcionado por seguir marginado del deporte, pero guarda esperanzas de que algún podrá ser elevado al Salón de la Fama.
“Sería lindo tener la oportunidad de entrar al Salón de la Fama”, dijo Rose. “He vivido toda mi vida como un Salón de la Fama solo por el vínculo con los jugadores que he tenido”.
Rose dijo que no puede reescribir la historia, pero que —a sus 74 años— aún confía en poder volver al beisbol. Lamentó los errores que cometió con el pasado, como haber apostado en juegos cuando formó parte de los Reds de Cincinnati.
Rose añadió que cree que Rob Manfred será un magnífico comisionado, pero que quedó en una situación incómoda al tener que emitir un fallo sobre su pedido de readmisión, 26 años después de haber recibido una suspensión de por vida.