Hace casi dos años, cuando los Rangers de Texas ofrecieron al shortstop Corey Seager un contrato por 10 temporadas y 325 millones de dólares, estaban seguros de que se llevarían a un pelotero que podría ayudarles a ganar una Serie Mundial. Está cerca de conseguirlo.
El cuatro veces seleccionado al Juego de Estrellas fue la pieza clave para que los campeones de la Liga Americana se impusieran a los Diamondbacks de Arizona (3-1) en el tercer juego de la Serie Mundial (2-1) y recuperaran la ventaja de la localía.
Porque el expelotero de los Dodgers de Los Ángeles brilló con el bate y con el guante.
Primero, en la parte alta de la tercera entrada, se voló la barda -con uno a bordo- para coronar el rally de tres carreras que silenció a la multitud en el Chase Field.
Después, en la baja del octavo episodio, cuando los monarcas de la Nacional amenazaban con regresar, su guante inició un salvador doble play que preservó la ventaja de los Rangers.
Texas salió adelante pese a la lesión de su lanzador estelar Max Scherzer, quien sólo pudo trabajar durante tres entradas. Jon Gray lo sustituyó con un relevo estupendo, que contuvo a la ofensiva de los Diamondbacks.
Faltan dos victorias, pero los Rangers se acercan a su primer título de las Ligas Mayores… Y tienen a Seager.