Hace unos meses, a su llegada al Galaxy de Los Ángeles, Javier Hernández se autoproclamó «leyenda».
Las leyendas del deporte, dicen, son conocidas no sólo por los aficionados, sino por la misma élite.
Durante su visita a Acapulco para disputar el XXVII Abierto Mexicano de Tenis, Alexander Zverev, número 7 del mundo, lució una camiseta de la Selección Mexicana, pero olvidó «estudiar para el examen».
El alemán fue cuestionado sobre qué jugador del Tricolor sería si fuera futbolista, a lo que no supo qué contestar. Los presentes le ayudaron: «Chicharito», y un gesto de desconcierto se apoderó de él.
«Todos gritan Chicharito o no sé. ¿Es de Acapulco o algo así? Tenemos muchos grandes jugadores en Alemania», es lo que salió de su boca.
Pero Sascha no quiso quedar mal con quienes lo reciben por dos semanas, así que recompuso el camino y agregó: «Aunque ustedes nos ganaron la última vez», en referencia al partido que México y los teutones disputaron en el Mundial de Rusia.