Los Packers de Green Bay resistieron la reacción de los Seahawks en la segunda mitad del encuentro, para vencerlos 28-23 en un final que estuvo envuelto por una polémica decisión de los referís, que le permitió a los de Wisconsin amarrar la victoria.
Los Packers empezaron con el control del juego. Aaron Rodgers tomó las riendas del juego para los de Wisconsin. Lideró la primera serie ofensiva, que terminó con un pase de anotación de 20 yardas a Devonte Adams, para inaugurar el marcador.
El quarterback de Green Bay continuó su dominio, mientras que la defensiva de los Seahawks no encontró la fórmula para detenerlo, al menos en la primera mitad. Antes de que terminara el primer periodo, guió a su ofensiva hasta la zona roja para que Aaron Jones anotara con un acarreo de una yarda.
Antes de que concluyera la primera mitad, Rodgers repitió la tónica. Lideró otra serie ofensiva hasta la yarda uno de Seattle y de nueva cuenta Jones concluyó la obra con un acarreo de una yarda para ampliar la ventaja a 18 puntos.
Pero los Seahawks saldrían del letargo en la segunda mitad. Marshawn Lynch, con un acarreo de una yarda, acortaría distancias. Luego, Russell Wilson encontró en un pase de siete yardas a Tyler Lockett en la zona de anotación. Mientras que en el cuarto periodo, Lynch volvería anotar otro touchdown en el último periodo para reducir la desventaja a cinco unidades.
El partido no estuvo a salvo de polémica de los referís. En la última serie ofensiva de los Packers, Rodgers conectó un pase en tercera oportunidad con el ala cerrada Jimmy Graham, quien fue derribado cerca de la marca del primer y diez.
En una decisión inédita de los oficiales, la revisaron en dos ocasiones y en ambas decisiones le dieron el primer y diez que sentenció el juego 28-23 en favor de Green Bay y su pase para el juego por el título de la Conferencia Nacional, que no jugaban desde el 2016, cuando cayeron con los Falcons de Atlanta.
Su rival, el próximo domingo, serán los 49ers de San Francisco.