El serbio Novak Djokovic avanzó a octavos de final de Roland Garros por decimocuarta edición consecutiva, al término de un épico duelo contra el español Alejandro Davidovich que le obligó a sacar su mejor tenis para imponerse en tres mangas.
La calidad del número 3 del mundo en los momentos decisivos fue la clave de un duelo jugado de poder a poder, en el que ambos tuvieron opciones pero fue el serbio quien mejor las aprovechó, para imponerse por 7-6(4), 7-6(5) y 6-2 en 3 horas y 36 minutos.
Davidovich podrá lamentarse de no haber sacado partido de sus oportunidades, tuvo saque para ganar la primera manga y bola de set en la segunda, pero en ambos casos el exnúmero 1 reaccionó con mucha altura.
Djokovic se medirá por un puesto en cuartos de final contra el ganador del choque entre el polaco Hubert Hukacz, favorito 13, y el peruano Juan Pablo Varillas.
Djokovic, que a sus 36 años persigue su tercer Roland Garros para elevar a 23 el número de Grand Slam en su poder, uno más que Rafa Nadal, no se sintió cómodo en ningún momento en la pista central de París, atormentado por el viento, por el público, con quien el divorcio parece consumado, y por el rival, que durante dos sets que duraron casi hora y media cada uno, batalló con mucha fe, inspirado por la victoria que el año pasado había conseguido en Montecarlo.
Djokovic demostró sus dotes de superviviente, contra el viento, el público hostil y un rival que le llevó al límite, al que domesticó con el fino bisturí de las grandes ocasiones, como hacen los campeones.