El número uno del tenis mundial, Novak Djokovic, amenazado de expulsión de Australia, que le rehusó la entrada y anuló su visado, obtuvo un aplazamiento hasta el lunes, en un nuevo episodio de esta saga convertida en incidente diplomático.
El serbio, retenido por los servicios de inmigración en Melbourne desde su llegada el miércoles con la intención de participar en el Open de Australia, recurrió en la justicia la decisión de las autoridades de negarle la entrada.
En una primera audiencia este jueves, el abogado del Estado Christopher Tran aseguró que Australia no prevé proceder a dicha expulsión antes de que se celebre otra audiencia, prevista el lunes.
El rocambolesco viaje de Djokovic provocó un incidente diplomático, ya que el presidente serbio Aleksandar Vucic acusó a las autoridades australianas de «maltrato» al número uno del tenis mundial y consideró que existía una «caza política».
Un puñado de aficionados se congregaron el jueves ante el hotel de Melbourne donde el tenista estaría retenido, pidiendo su liberación.
«¿Por qué no haberle dicho nada antes de que llegue a Australia? ¿Por qué ahora?» criticó ante la AFP Gordana, una serbia que ha vivido 26 años en Australia.
Al menos una persona fue detenida cuando las fuerzas del orden intentaban dispersar a los manifestantes.
El padre del tenista, Srdjan Djokovic, llamó a otra manifestación de apoyo a su hijo en Belgrado.