Isaiah Likely tiraba de manotazos en su casco, molesto consigo mismo porque en lugar de salir de la cancha para detener el reloj prefirió impactarse contra Minkah Fitzpatrick. Esa fue la actitud de los Ravens durante todo el partido: siempre concentrados y no cometer un error el cual pudiera otorgarle la mínima oportunidad a los Steelers.
La jugada siguiente fue Lamar Jackson extendiendo la jugada, salió de la bolsa de protección, se escabulló varios segundos, la protección parecía colapsar y en el último suspiro lanzó el ovoide a Justice Hill, quien corrió un par de yardas para meterse a las diagonales.
La defensiva de Pittsburgh fue humillada en la primera parte, aquella ‘Cortina de Acero’ dominante se convirtió en una avenida para el juego terrestre de Baltimore. La ofensiva ni metió las manos.
No es una sorpresa, Russell Wilson y compañía llevaban cuatro partidos inconsistentes, Mike Tomlin depositó sus esperanzas en la defensa, pero las piernas de Derrick Henry y la movilidad de Lamar Jackson permitieron controlar el partido a placer.
Wilson encontró a Van Jefferson y anotaron sus primeros puntos; pero ‘King Henry’ los mantuvo a raya con una carrera de 44 yardas que volvía a alejarlos en el marcador.
La ofensiva aflojó el ritmo, dejaron de sumar puntos. George Pickens atrapó un pase de 34 yardas y se metió a las diagonales, las ofensivas de los Steelers eran rápidas y daba la impresión de que podían sorprender a sus rivales divisionales, pero en los momentos clave reaparecían los Cuervos que sentenciaron 28 a 14 a su odiado rival.
La última vez que Acereros participó en el juego divisional, fue en la temporada 2017-2018. Desde ahí, Pittsburgh no ha logrado ganar en la primera ronda de postemporada. Han caído ante los Browns, Chiefs, Bills, y hoy sellan otro fracaso.