La vigente campeona, Naomi Osaka cayó eliminada este viernes en tercera ronda del Abierto de Australia, pero la japonesa considera que no tiene «nada que reprocharse» en este regreso al Grand Slam luego de una temporada 2021 psicológicamente muy complicada.
En su regreso a la competición luego de una pausa de cuatro meses, a comienzos de año en el torneo WTA 250 de Melbourne, la exnúmero 1 del mundo había afirmado que ahora quería divertirse jugando a tenis.
Con ese nuevo espíritu alcanzó las semifinales, para las que causó baja al anunciar una lesión abdominal.
Sus inicios en el ‘Grande’ australiano, esperados y escrutados, fueron convincentes: dos partidos ganados con solvencia para encontrarse en tercera ronda, a un paso del duelo estelar ante la número 1 del mundo Ashleigh Barty.
Pero la número 60 del mundo Amanda Anisimova la frenó en seco en tres sets 4-6, 6-3, 7-6 (10/5) con una paleta de golpes y un buen servicio que se unieron a la falta de competición de la nipona.
«Wim (su entrenador Wim Fissette) dice que si me hubiese enfrentado a una jugadora que restase como ella (en los torneos preparatorios) habría estado mejor preparada (…) así que no tengo nada que reprocharme. Sé que lo di todo», afirmó la antigua número uno del mundo y actual puesto 14 de la WTA.
Sin duda, Anisimova jugó muy bien y «su velocidad de pelota me sorprendió«, confesó Osaka.
«Peleé cada punto. No puedo estar triste, no soy Dios, no puedo ganar todos los partidos. Habría estado bien ganar el torneo, pero no puedo decirme al inicio de cada año que voy a ganar los cuatro Grand Slams», declaró.
Una asunción de la derrota que revela el nuevo estado moral de Osaka.
«Durante el último partido que jugué en Nueva York (derrota en tercera ronda del US Open antes de poner fin a la temporada), mi actitud era completamente diferente. Así que he perdido (este viernes) pero estoy contenta por la forma en que sucedió», finalizó la tenista.