La Copa Davis como la conocíamos llega hoy a su fin, con la disputa del título entre Francia y Croacia. El certamen cambiará de formato, después de 118 años de historia.
En esta larga trayectoria, leyendas del tenis mexicano, como Rafael Pelón Osuna y Antonio Palafox, dieron lustre al nombre de nuestro país en 1962.
En aquel año, el tenis tricolor dio un giro. El equipo conformado por Osuna, Palafox y Mario Llamas ganó el grupo de América, al vencer a Estados Unidos y Yugoslavia.
La victoria les permitió enfrentar a Suecia, campeón de Europa, al que derrotaron, contra todo pronóstico, 3-2, en el Estado de México.
Con el resultado, avanzaron a la final interzonal, para enfrentar a India en el país asiático. “Por la guerra en Sino-India, se cambió la sede de Nueva Dehli a Madrás. Los jugadores tendrían que viajar en tren, algo que implicaría cuatro días en llegar”, relató Rafael Belmar Osuna, sobrino del Pelón.
Para su suerte, Octavio Paz era el embajador de la India, y les consiguió el boleto de avión. “Al llegar, se dieron cuenta que las autoridades del estadio regaban un líquido negro a la cancha que olía feo. Resulta que era excremento”, contó.
Osuna ganó el punto a Ramanathan Krishnan, número seis del mundo, quien no había perdido en casa y México se impuso 5-0.
Así, el equipo ganó el derecho de enfrentar al campeón defensor: Australia, que contaba con los tres mejores jugadores del mundo: Rod Laver, Roy Emerson y Neale Fraser. Osuna y compañía cayeron 5-0 y perdieron su oportunidad de ganar la Copa Davis.