La política de la WWE ha sido clara a través de los años. Hasta ahora, no hay un evento mundial que haya detenido las transmisiones de sus carteleras. No lo hizo los ataques terroristas del 11 de septiembre y tampoco la pandemia del Covid-19, aunque sí los forzaron a tomar algunas restricciones.
La empresa, previo a Wrestelamania 36, decidió que el evento se desarrollará sin público para evitar que fuera un evento masivo, pero también les hizo una serie de pruebas preventivas de esta enfermedad.
Les hicieron al menos dos pruebas para detectar si tenían coronavirus, los directivos les dieron una charla y además les enviaron un par de correos informativos, según contó el luchador A-Kid al portal El Español.
Además, algunos de los mismos luchadores tomaron sus medidas precautorias. Tal fue el caso de Román Reigns, quien al haber padecido cáncer decidió no asistir.
Mientras que Rey Misterio, quien estaba programado a defender su título de los Estados Unidos ante Andrade, se puso en cuarentena en su casa, en San Diego, a pesar de que no fue detectado con el virus.
Dana Brooke, por su parte, estaba programada para combatir en la Six Pack Elimination Pack, pero una enfermedad (que la WWE no ha aclarado cuál es) le impidió esa posibilidad.
Otra de las medidas que impuso la empresa fue que el evento se trasladará de Tampa a Orlando, donde tiene su sede de entrenamientos, y que se realizará sólo con el staff esencial.